Una manada de jabalíes ha sido vista merodeando por varias viviendas de la región meridional de Calabria. Los jabalíes se mantuvieron en las afueras de la ciudad y no entraron a ningún edificio, aunque se les vio rodear viviendas construidas junto al campo.
PUBLICIDADEl problema de los jabalíes en Italia dista mucho de haber terminado, a pesar de los esfuerzos realizados para reducir su presencia en las ciudades.
Una manada de jabalíes ha sido vista merodeando por varias viviendas de la región meridional de Calabria, según informa la agencia de noticias italiana ANSA.
Catanzaro se convierte así en la última ciudad que se enfrenta a un problema porcino.
Los jabalíes —unos 20 en total— se mantuvieron en las afueras de la ciudad y no entraron a ningún edificio, aunque se les vio rodear viviendas construidas junto al campo.
El concejal de Medio Ambiente, Giorgio Arcuri, pidió a las autoridades regionales "medidas adecuadas para atajar este fenómeno", que probablemente impliquen el sacrificio de los animales.
Desde hace algún tiempo, Italia tiene un problema con los jabalíes que se apoderan de sus pueblos y ciudades en lo que los medios de comunicación locales y el grupo agrícola nacional de Italia Coldiretti denominan una "invasión a gran escala."
El año pasado, los jabalíes se apoderaron de Roma, donde fueron filmados en vídeos compartidos en las redes sociales y en la televisión internacional acercándose a la gente, comiendo restos de comida cerca de los contenedores de basura y, en general, pareciendo no inmutarse por las ajetreadas y abarrotadas calles de la capital italiana.
Las autoridades han expresado su preocupación por el creciente número de jabalíes en las ciudades italianas, mencionando el riesgo de que los animales propaguen la gripe porcina o ataquen a los residentes. Sin embargo, su firme planteamiento del problema —matar a los jabalíes— ha dividido a la sociedad.
En diciembre del año pasado, el Gobierno de Giorgia Meloni ordenó un sacrificio de los jabalíes en Roma—que fue muy peleado por los defensores de los derechos de los animales— que permitía a los cazadores utilizar arcos y flechas para matar a los jabalíes y comérselos. La caza de estos animales se autorizó excepcionalmente incluso en zonas donde normalmente está prohibida, como zonas urbanas y protegidas.
La decisión fue condenada por los políticos de la oposición, que acusaron a Meloni de aprovechar la oportunidad para congraciarse con los grupos de presión a favor de las armas y la caza.
Muchos dirigentes locales han adoptado una postura igualmente dura, como el alcalde de Catanzaro, Nicola Fiorita, que el mes pasado ordenó el sacrificio de 30 jabalíes que deambulaban por un parque de la ciudad.