Entre explosiones y sirenas, los funcionarios locales han establecido un programa de evacuación temporal de los niños a un campamento ubicado en el oeste de Ucrania.
PUBLICIDADJersón bajo las bombas un año después de su liberación. La ciudad de Jersón, en el sur de Ucrania, ha sufrido ataques diarios desde que fue recuperada por las fuerzas ucranianas en noviembre pasado, tras ocho meses de ocupación rusa.
Entre explosiones y sirenas, los funcionarios locales han establecido un programa de evacuación temporal de los niños a un campamento ubicado en el oeste de Ucrania. Anastasia no sabe cuando volverá a su casa.
"A veces tengo miedo. Cuando hay una gran explosión afuera, quiero volver a casa. Por eso casi nunca salgo, tal vez sólo para encontrarme con mi amigo. De lo contrario, no salgo", dice esta niña ucraniana evacuada de Jersón.
Ucrania cifra en más de 500 los niños muertos y 1 600 los niños heridos desde el inicio de la invasión rusa. Denuncia además los niños robados por Rusia. En este centro provisional de acogida se encuentra esta familia, que decidió huir de su suburbio de Jersón el mes pasado. Son refugiados internos que está ahora en Mikolaiv.
"Después de aquella tragedia de aquellas nos evacuaron. Mi otro hijo y su hijo también se fueron, mi hija se fue, todos se fueron. Tengo cuatro yernos peleando como soldados y el quinto fue capturado", cuenta Lyubov Sytnikova, refugiada de la región de Jersón.
A pesar de los llamamientos a la evacuación algunas familias prefieren quedarse en Jersón aunque sea peligroso. Los pocos niños que quedan juegan en zonas protegidas por sacos de arena o salen con sus padres al anochecer, cuando hay menos ataques aéreos.