El centrocampista de 22 años se ha despertado y se encuentra bien. Su estado será evaluado de nuevo el lunes, después de que cayera enfermo durante el gran partido de la Serie A
Corría el minuto 17 de la primera parte cuando la Fiorentina y el Inter detuvieron repentinamente el partido durante el encuentro del domingo en la Serie A. Edoardo Bove, centrocampista de 22 años del equipo 'Viola', se desplomó inconsciente sobre el terreno de juego.
La alarma saltó de inmediato: Danilo Cataldi socorrió de inmediato a su compañero poniéndole la mano en la boca para evitar que se tragase la lengua e impedir que se le obstruyeran las vías respiratorias, mientras los demás jugadores, desde el campo y los banquillos, se apresuraban a acelerar la llegada de la ayuda. Cuatro minutos más tarde, el joven centrocampista, que llegó a Florencia en verano procedente de la Roma, era trasladado de urgencia al hospital Careggi, ante la consternación de los 22.000 espectadores que habían acudido al estadio Artemio Franchi y la desesperación de los jugadores sobre el terreno de juego. El partido se suspendió inmediatamente después del incidente.
Unas horas más tarde, una nota del club hacía saber que ''el futbolista llegó estable desde el punto de vista hemodinámico, a urgencias, y los primeros exámenes cardiológicos y neurológicos realizados han descartado daños agudos en el sistema nervioso central y en el sistema cardiorrespiratorio''. Bove recuperó entonces la consciencia y fue sometido a una serie de exámenes, antes de ser ingresado en cuidados intensivos.
El lunes por la mañana, el chico se despertó, completamente extubado y, según se informa, está lúcido y es capaz de responder a preguntas.
A la espera de nuevos exámenes
El lunes, Bove será sometido a nuevos exámenes para comprender mejor la causa de su enfermedad. Se espera un nuevo boletín médico sobre su estado a lo largo del día, mientras que serán necesarios análisis más profundos para averiguar las posibles causas cardiovasculares y neurológicas. En las últimas horas, no han faltado las muestras de cariño y cercanía hacia el centrocampista. Su novia, sus amigos y sus padres se unieron inmediatamente a él en el hospital Careggi. Poco después partió el autobús de los compañeros del Fiorentina, el entrenador Raffaele Palladino y la directiva, que continuó hasta última hora de la tarde del domingo.
Varios hinchas llegaron también ante el hospital y colocaron una pancarta en la pared de un aparcamiento que decía: "Forza Edoardo, Firenze è con te" ("Vamos Edoardo, Florencia está contigo"). Decenas de personas publicaron también en las redes sociales mensajes de otros aficionados al fútbol, entre ellos antiguos compañeros y adversarios de Bove.
El episodio volvió a implicar a una ciudad y una sociedad marcadas por la tragedia. En 1981, el centrocampista Giancarlo Antognoni corrió el riesgo de morir en el campo tras un choque de juego, mientras que en 2018, el capitán morado Davide Astori perdió la vida a causa de una enfermedad la noche anterior a un partido de liga.
El recuerdo de Joe Barone, director general de la Fiorentina fallecido repentinamente en marzo de este año a los 58 años, sigue presente. Ahora, la ciudad se apiña en torno a una de las joyas que contribuyeron a impulsar al equipo púrpura a lo más alto de la tabla de clasificación.