Italia condena el brutal asesinato de Bruno, un perro rastreador condecorado que salvó nueve vidas, tras ingerir salchichas rellenas de clavos. La primera ministra, Giorgia Meloni, y defensores de los animales han expresado su repulsa, y se investiga si fue una venganza.
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Un perro rastreador italiano ha muerto tras ingerir salchichas rellenas de clavos, un suceso que ha desatado la indignación en todo el país y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha condenado el suceso. Bruno, un sabueso de siete años, había recibido múltiples premios por su destacada labor en la búsqueda de personas desaparecidas y vulnerables, incluyendo enfermos de Alzheimer, ayudando a salvar al menos nueve vidas.
Según su adiestrador, Arcangelo Caressa, Bruno fue hallado muerto la semana pasada cerca de Taranto, en la región de Apulia. La causa fue una hemorragia interna provocada por unas salchichas con clavos que le arrojaron deliberadamente en su perrera.
En una publicación de Facebook donde anunció la muerte de Bruno, Caressa escribió: "Hoy he muerto contigo. Luchaste toda tu vida para ayudar a los seres humanos, y fueron los seres humanos quienes te hicieron esto". El adiestrador informó que la Policía y la Fiscalía han abierto una investigación por el asesinato y están revisando las grabaciones de las cámaras de seguridad de los alrededores. Caressa afirmó saber quién es el responsable de la muerte de Bruno y juró "hacérselo pagar".
Condena política y exigencia de justicia
La primera ministra Giorgia Meloni, quien en su momento galardonó a Bruno por su labor de socorrista, condenó el asesinato como "vil, cobarde e inaceptable" en un mensaje en X (antes Twitter). "Gracias por todo lo que has hecho, Bruno", añadió.
La legisladora italiana Michela Vittoria Brambilla, una ferviente defensora de los derechos de los animales, ha instado a la Policía a "llevar ante la justicia" a los responsables de la muerte de Bruno. En un post publicado en Facebook, Brambilla sugirió que Bruno podría haber sido el objetivo de criminales en un ataque de venganza por su papel en el desmantelamiento de redes de peleas de perros.
Brambilla fue clave en el refuerzo de la legislación italiana sobre derechos de los animales, según la cual quien mate a un animal puede enfrentarse a penas de hasta cuatro años de cárcel y una multa de 60.000 euros. "Ha tenido una muerte horrible, larga y muy dolorosa", lamentó, añadiendo que al "pensar en semejante ferocidad sin límites, debería avergonzarse de formar parte de la raza humana". "Hay que identificar al culpable y aplicar el castigo previsto por la ley. Se lo debemos a este noble animal", concluyó Brambilla en su mensaje.