La candidata del Fine Gael, Heather Humphreys, reconoció su derrota después de que los primeros escrutinios mostraran que Connolly iba camino de ser elegida próxima presidenta del país.
Catherine Connolly obtuvo una aplastante victoria en las elecciones presidenciales irlandesas, después de que su oponente de centro-derecha, Heather Humphreys, reconociera su derrota el sábado por la tarde.
Humphreys felicitó a Connolly por su victoria: "Catherine será una presidenta para todos nosotros, y será mi presidenta, y me gustaría desearle todo lo mejor". El recuento de los votos se inició el sábado, y los primeros escrutinios mostraban que Connolly tenía una ventaja sustancial para suceder al presidente saliente, Michael D. Higgins.
La mayoría de los partidos de izquierda, incluidos el Sinn Féin, el Partido Laborista y los socialdemócratas, habían expresado su apoyo a la favorita de la izquierda, que ha sido legisladora independiente desde 2016.
Connolly, de 68 años, ha criticado duramente tanto a la Unión Europea como a Estados Unidos, y ha denunciado los planes de la UE de aumentar el gasto militar. También ha criticado abiertamente a Israel por su ofensiva en Gaza. La exabogada ganó apoyo entre los votantes jóvenes tras culpar a la política gubernamental de la crisis inmobiliaria.
Inicialmente, tres candidatos optaban a convertirse en el décimo presidente del país. Sin embargo, Jim Gavin, candidato del partido Fianna Fáil del primer ministro Micheál Martin, se retiró de la carrera por una disputa financiera que se remontaba a 2009. A pesar de su retirada, el nombre de Gavin permaneció en las papeletas.
Los presidentes irlandeses representan al país en la escena internacional, reciben a jefes de Estado visitantes y tienen poderes constitucionales específicos.