La explosión de la burbuja inmobiliaria continúa pesando sobre los resultados del sector bancario español.
CaixaBank publicó este jueves un beneficio trimestral neto en baja del 84 por ciento y de 48 millones de euros. Es peor de lo previsto. El banco catalán lo justifica por los 2.400 millones de euros que ha tenido que dedicar a prever pérdidas potenciales ligadas a sus activos inmobiliarios dudosos.