Mientras la energía nuclear experimenta un resurgimiento a nivel mundial, Kazajistán se está posicionando en el centro de este cambio, una estrategia explicada por Asset Makhambetov, vicepresidente de la Agencia de Energía Atómica.
Kazajistán, el mayor productor mundial de uranio, se está posicionando como una nación nuclear emergente y un centro regional. Con un millón de toneladas de reservas probadas y el suministro del 40% de la demanda mundial de uranio, el país ha dependido hasta ahora principalmente de los combustibles fósiles y las energías renovables para sus necesidades energéticas domésticas.
Esto está a punto de cambiar, ya que Kazajistán planea construir tres centrales nucleares con Rusia y China. Ya exporta conjuntos de combustible de bajo enriquecimiento de la planta metalúrgica de Ulba a reactores chinos y alberga el Banco Mundial de Uranio Bajo Enriquecido, una reserva física que respalda los programas de energía nuclear pacífica.