Una tonelada de ladrillos blancos de Lego invaden la Tate Modern de Londres. El objetivo del 'proyecto de evolución estrucural cúbica', que es el nombre que se la ha dado a la instalación interactiva, es que adultos y niños puedan construir su particular ciudad soñada para el futuro. Y también, que comprueban sus capacidad, como detalla la crítica de arte Estelle Lovatt: "Creo que es muy interesante el hecho de que no hay que ir a la escuela de arte para ser un artista. Siempre digo que si puedes limpiar el polvo, puedes dibujar. Sólo es hacer trazos. Y aquí, si coges los ladrillos de Lego y los unes, lo haces en tres dimensiones. ¿Puede ser un edificio? ¿Puede ser una escultura? Puede ser lo que yo quiera que sea o lo que tú quieras que sea".
Se trata de una idea con que se busca subrayar la imaginación individual y el poder de las comunidades. El museo de la capital británica está aumentando su compromiso con el medio ambiente y albergando encuentros entre artistas y activistas. Todas las piezas de la instalacion han sido transportadas por tierra y mar, evitando el uso de aviones.