¿Qué tienen en común el vino y la arqueología? Las respuestas están en la Ruta Illyricum. Llamada así por el término geográfico utilizado por los romanos, la ruta conecta antiguos yacimientos, hallados en la actual Albania, Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Macedonia del Norte.
PUBLICIDAD¿Qué tienen en común el vino y la arqueología? Las respuestas están en la Ruta Illyricum. Llamada así por el término geográfico utilizado por los romanos, la ruta conecta antiguos yacimientos, hallados en la actual Albania, Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Macedonia del Norte.
"Es una extensión de la ‘Ruta de los Emperadores Romanos y del Vino del Danubio’. Esta ruta conecta el vino, la arqueología y la aventura para crear un corredor cultural que engloba el espíritu de la región", declara Milena Filipovic, experta en turismo cultural.
Cada lugar es una representación de cómo se vivía entre los siglos II y VI, de nuestra era. Su concepto principal no trata solamente de la historia, sino también del descubrimiento del vino local. Al fin y al cabo, hay muchos viñedos por el camino.
Pero si no le gusta mucho el vino, hay otras alternativas y aventuras. La Ruta Monumental de los Balcanes le acerca a los monumentos abstractos y modernistas construidos en la segunda mitad del siglo XX, a menudo asociados a la era posterior a la Segunda Guerra Mundial.
"Es una combinación de arte y naturaleza que ofrece un viaje realmente específico y particular en el que visitar y descubrir estos monumentos a veces colosales", afirma Milena Filipovic.
Si está familiarizado con los matices del arte balcánico, le sorprenderá ver que estos monumentos pertenecen a estilos no tan comunes en la zona, como es el caso del expresionismo abstracto, la abstracción geométrica, el arte terrestre y el minimalismo. Es, sin duda, una oportunidad única para descubrir este rincón de Europa.
Las propuestas culturales como la Ruta Illyricum o la Ruta Monumental de los Balcanes son cruciales para los Balcanes occidentales. A través de ellas, los países de la zona esperan preservar y promover, mejor, el diálogo intercultural, la reconciliación y el desarrollo económico.
El objetivo es que, además, impulsen también el turismo pospandémico y atraigan a los turistas para que se pueda desplegar el potencial del rico y diverso patrimonio cultural de los Balcanes occidentales, a menudo ignorado.