El cantante azerbaiyano Alim Qasimov reflexiona sobre sus raíces, su arte y cómo el tradicional mugham transmite emoción y significado más allá de las fronteras.
Para Alim Qasimov, la música es memoria, resistencia y liberación. Criado en un hogar modesto, esculpió su primera saz con su padre y aprendió a tocar por su cuenta.
Qasimov desarrolló una presencia escénica profundamente expresiva que ahora define su arte. Se ha convertido en una de las voces líderes mundiales en el mugham, la antigua tradición vocal de Azerbaiyán.
"Fluye a través de mí", dice, describiendo sus actuaciones como actos de sentimiento no planificados e intuitivos.
Desde escenarios rurales hasta conciertos en la ciudad de Nueva York, Qasimov lleva el núcleo espiritual de la música azerbaiyana al mundo. Incluso ahora, dice, nuevos sueños se acumulan, y todavía hay mucho más que decir.