La música electrónica entra en la lista francesa de patrimonio cultural inmaterial, primer paso hacia integrar la French Touch en el patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO.
¡Por fin, justicia!
Tras la inclusión del techno de Berlín en 2023 en la lista alemana de patrimonio inmaterial, la música electrónica ha entrado por fin en el Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial de Francia. Supone el primer paso hacia el reconocimiento como patrimonio de la UNESCO.
La lista de patrimonio cultural inmaterial permite a los Estados firmantes de la Convención de la UNESCO inscribir "prácticas, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades reconocen como parte de su patrimonio cultural", es decir, desde la música y la artesanía hasta los saberes culinarios, los juegos tradicionales y los deportes.
"La música electrónica tiene su lugar legítimo en nuestro patrimonio inmaterial nacional", dijo el miércoles la ministra de Cultura francesa Rachida Dati, confirmando este primer paso. Recientemente, el ministerio creó un sello para los clubes como lugares de expresión artística y celebración.
A comienzos de este año, el presidente francés Emmanuel Macron pidió que la música electrónica francesa, también conocida como 'French touch', sea reconocida como patrimonio cultural de la UNESCO.
"Adoro Alemania, ya saben lo europeísta que soy", dijo Macron. "Pero no tenemos que recibir lecciones de nadie. Somos los inventores del electro. Tenemos esa 'French touch'."
Más que por la adhesión a un sonido específico, la 'French touch' se definió sobre todo por su arraigo geográfico y estuvo encabezada por figuras como Daft Punk, Étienne de Crécy, Bob Sinclair, AIR, Cassius y muchos más, y ha abarcado diversos géneros, desde house, dance, electro y el disco old school hasta el jazz y abundante y glorioso sampleo.
Para Tommy Vaudecrane, presidente de Technopol, la asociación de defensa y promoción de la música electrónica y organizadora de la Techno Parade de París desde 1998, esta inscripción es "un logro y un hito histórico".
"Las primeras lágrimas que derramé por la música electrónica fueron bajo los gases lacrimógenos, cuando se la demonizaba. La pequeña lágrima que derramo hoy es la alegría de ver nuestra música por fin inscrita como patrimonio cultural", dijo Vaudecrane a AFP.
Entre los 14 nuevos elementos del patrimonio inmaterial francés figuran la alta costura parisina, las ferias agrícolas de Doubs, el Debaa de las mujeres de Mayotte (una forma de canto y danza), el Chjam'è rispondi (justa poética en Córcega) y la 'Demoscene', un movimiento popular de creación digital.