Altos niveles de sustancias perfluoroalquiladas se vierten en el medio ambiente, y uno de los principales causantes de este daño es el gigante químico francés Arkema, ubicado a las afueras de Lyon.
A las afueras de Lyon, en Pierre-Bénite, la planta del gigante químico francés, Arkema, está en el centro de las acusaciones.
Durante décadas, toneladas de sustancias perfluoroalquiladas (PFAS), más conocidas como 'eternos contaminantes', fueron vertidos al medio ambiente.
Los vecinos de la zona descubrieron el escándalo tras una investigación periodística hace un año.
Thierry Mounib, presidente de una asociación de vecinos 'Bien Vivre', lucha por obtener respuestas.
"Todos los días vienen a verme padres y me cuentan su historia. Me dicen, por ejemplo, 'dejamos Pierre-Bénite cuando nuestro hijo murió, a los 9 años, de cáncer testicular; ¿podría tener algo que ver con los PFAS?', y yo digo que tal vez, porque es un cáncer provocado por los PFAS", declara.
Altos niveles de contaminación en la sangre
Una reciente investigación de los medios locales reveló niveles alarmantes de contaminación en la sangre de los residentes locales.
"Nuestros representantes electos se aseguran de que la población esté 'más que tranquila'. Es más, según las declaraciones de nuestro diputado, de todas formas no tiene sentido que cunda el pánico entre la población, no tenemos solución".
Los compuestos perfluorados ultratóxicos y persistentes están por todas partes; en el suelo, el aire y el agua. En el jardín de los trabajadores cerca de la planta, las conversaciones son de preocupación por esta situación.
Acción legal contra Arkema
Los vecinos y las asociaciones locales han emprendido una acción legal contra Arkema, un requerimiento medioambiental, el primero de este tipo en Francia.
El objetivo es hacer que el grupo pague un estudio a largo plazo sobre la salud de los residentes locales; pero también exigir una limitación inmediata de los vertidostóxicos.
"Arkema produce PFAS desde 1957. Cada año se vierten en el Ródano 3,5 toneladas. Hoy seguimos con unos 10 kilos al mes. En el procedimiento sumario, pedimos que el nivel sea inferior a un kilo", explica Camille Panisset, responsable de la asociación 'Notre Affaire à Tous'.
Normativa europea en espera de revisión
Al ser contactada, Arkema se negó a hacer comentarios sobre el procedimiento judicial, y subrayó que "la normativa francesa y europea es una de las más estrictas del mundo".
A escala europea, el reglamento REACH (Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de sustancias y mezclas químicas) regula el uso de sustancias químicas. La tan esperada revisión está en marcha, pero se ha retrasado.
"Algunas sustancias perfluoradas han sido prohibidas por la legislación europea, pero una gran parte -más de 10.000 sustancias de la familia- siguen autorizadas en Europa hoy en día", comenta Marie Toussaint, eurodiputada francesa de EELV.
"En realidad, tenemos muy poco control sobre el estado del agua, el suelo y los residentes locales que pueden resultar envenenados", agrega.
En los últimos meses, cinco países europeos (Países Bajos, Alemania, Dinamarca, Noruega y Suecia) han pedido la prohibición de estas sustancias, una petición que se está evaluando actualmente.
Una batalla que será larga y difícil.