Hasta hace poco, para explorar los tesoros arqueológicos de los fondos marinos era necesario ser un experto buceador. Pero... con la llegada de las nuevas tecnologías, este extraordinario patrimonio es, ahora, accesible para todo el mundo.
El océano esconde innumerables tesoros arqueológicos que han encontrado su lugar de descanso en el fondo marino, a lo largo de los siglos. Hasta hace poco, para explorar esos ‘yacimientos’ era necesario ser un experto buceador. Pero... con la llegada de las nuevas tecnologías, este extraordinario patrimonio es, ahora, accesible para todo el mundo.
En Isole Tremiti, ‘Ocean’ tuvo la oportunidad de hablar con Fabio Bruno, profesor asociado de la Universidad de Calabria, sobre el proyecto 'CREAMARE', del cual es coordinador.
"Bajo las aguas se esconde un tesoro cultural formado por ciudades sumergidas y antiguos pecios, que abarcan 4 000 años de historia. Estas reliquias ofrecen una cautivadora visión de nuestro pasado común: las civilizaciones que una vez surcaron los mares, las rutas comerciales, las desafortunadas guerras que tuvieron lugar y los trágicos acontecimientos que dejaron su huella. El patrimonio cultural subacuático está repartido por todos los mares del mundo. El Mediterráneo es uno de sus depósitos más ricos, un lugar donde el encuentro con estos pecios históricos resulta más accesible".
"Al vivir en armonía con el medio marino, el patrimonio cultural subacuático se convierte en el hogar de una plétora de especies marinas, que lo colonizan y habitan. Así, nuestra misión es doble: subrayar la importancia de salvaguardar este patrimonio único y preservar, al mismo tiempo, el delicado y amenazado ecosistema marino".
"Nos hemos centrado en crear experiencias de realidad virtual que permitan explorar estas maravillas, mediante gafas de realidad virtual y otros sistemas. Y recientemente, también hemos empezado a desarrollar videojuegos educativos, que permiten a la gente conocer el patrimonio cultural, en general", declara Fabio Bruno, profesor asociado de la Universidad de Calabria y coordinador del proyecto 'CREAMARE'.