El levantamiento del pueblo sirio ha pasado a ser una guerra abierta. Tras meses intentando aplastar a los protagonistas de la Primavera Árabe siria, y tras más de cinco mil muertos, el régimen de Damasco lucha ahora contra una insurgencia cada vez más violenta. Desertores del ejército se unen al Ejército de Liberación Sirio después de negarse a disparar contra los civiles que continúan las protestas.
Los observadores de la Liga Árabe se han retirado, incapaces de detener el baño de sangre. Han recibido críticas de quienes los ven como meros encubridores del régimen del presidente Bachar al Assad.
Crece la insurgencia, y también el papel de los grupos extremistas islámicos y la amenaza de una devastadora guerra civil.
En Naciones Unidas, Rusia se niega a hablar de una resolución del Consejo de Seguridad que podría imponer sanciones y, quizás, conducir a una intervención militar.
Los países occidentales, que dirigieron una polémica campaña de bombardeos para ayudar a derrocar al presidente libio Muammar Gadafi, se muestran reticentes a involucrarse en otro conflicto árabe que podría convertirse en un atolladero.
Chris Burns habla con Veronique de Keyser, diputada belga miembro del Partido Socialista y del Comité de Asuntos Exteriores.
El programa cuenta también con la presencia de Rudolph el Kareh, profesor de Ciencias Políticas de origen libanés y analista del mundo árabe.
Y junto a ellos, Ammar Waqqaf, miembro del partido Baas y líder del Club Social Sirio, con sede en la capital británica. Está a favor de las reformas, pero en contra de un cambio de régimen.