La cumbre entre la UE y los Balcanes Occidentales termina sin fechas ni compromisos claros para la ampliación europea.
PUBLICIDADPromesas, vacunas e inversiones. Esto es lo único a lo que los líderes europeos se han comprometido con los Balcanes Occidentales. Pero la cumbre entre la Unión Europea y los Balcanes Occidentales, que ha tenido lugar este miércoles en Eslovenia, se ha cerrado sin plazos ni compromisos específicos para la ampliación europea.
Una falta de compromiso político que podría socavar la credibilidad de Bruselas en la región. "Por supuesto que soy crítico porque podría haber sido mejor. Pero aún tengo la esperanza de que la UE se mantenga fiel a su esencia que es la ampliación. La consolidación interna de la UE y la ampliación externa no se excluyen mutuamente, al contrario", ha asegurado el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti. El joven país ha sido uno de los que han asistido al encuentro, al que también se han sumado los veintisiete miembros del club comunitario, Albania, Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte y Serbia.
Los europeos siguen condicionando la ampliación a las mejoras en el ámbito de los derechos fundamentales, incluidos los derechos de las minorías, demás de la lucha contra la corrupción y el crimen organizado.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha recordado que los países balcánicos han hecho grandes esfuerzos y aún apoya la ampliación. "La UE tiene que cumplir. Y, en particular, la falta de una decisión para abrir las negociaciones con Macedonia del Norte y Albania está poniendo en peligro nuestra posición y nuestra influencia en la región... Mi Comisión seguirá haciendo todo lo posible para avanzar en el proceso de ampliación e integración de la región en la UE. Queremos a los Balcanes Occidentales en la Unión Europea. No puede haber ninguna duda de que nuestro objetivo es la ampliación", ha defendido la alemana.
Pero las divisiones entre los Estados miembros se mantienen. Algunos países temen una afluencia masiva de trabajadores de la región y otros creen que su entrada podría debilitar el respeto al Estado de Derecho. Como premio de consolación, la UE ha movilizado un importante paquete de inversión de unos 30 000 millones de euros, con 9 000 millones de euros en subvenciones, para los próximos siete años.