Věra Jourová, vicepresidenta de la Comisión Europea responsable de los valores de transparencia, censuró públicamente la campaña húngara contra la UE, calificándola de engañosa y repleta de "mentiras verificables".
PUBLICIDAD"Esta campaña de vallas publicitarias es indignante y escandalosa. Y esta campaña ofende a mi jefa Ursula von der Leyen, me ofende a mí también, y creo que a la mayoría, si no a todos, los miembros del Colegio" de Comisarios, ha dicho Jourová el martes por la tarde, en respuesta a una pregunta de Euronews.
"No muestra algo que en la jerga diplomática europea llamamos cooperación sincera", ha apuntado.
Los carteles, que empezaron a aparecer en las calles de Hungría a mediados de noviembre, muestran a von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, junto a Alexander Soros, hijo de 38 años del multimillonario George Soros y actual presidente de la Open Society Foundations (OSF).
Un texto en mayúsculas reza: "¡No bailemos al son de su música!".
Aunque la familia Soros y la OSF, que apoya a organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo a través de subvenciones, han sido difamadas por el Gobierno húngaro en el pasado, es la primera vez que von der Leyen ha sido atacada personalmente en una campaña.
Las vallas publicitarias pretenden promover una consulta nacional no vinculante en la que se pide a los ciudadanos húngaros su opinión sobre una selección de políticas de la UE. Los participantes deben elegir entre dos posibles respuestas, una en contra y otra a favor. La encuesta, cuyo lenguaje es incendiario y engañoso, se ha enviado por correo a los hogares húngaros con fecha límite del 10 de enero. También está disponible una versión en línea.
Preguntada por el contenido de la consulta, Věra Jourová ha descrito las preguntas y respuestas como "mentiras verificables".
"Por ejemplo, que Bruselas quiera 'abolir las ayudas públicas a los costes de los servicios públicos' es mentira. Bruselas queriendo 'abolir el impuesto húngaro a las ganancias inesperadas'. Es mentira, es algo que deben decidir los Estados miembros", ha dicho Jourová, desacreditando el cuestionario.
"Por ejemplo, algo jugoso: El 'supuesto apoyo de Bruselas a las organizaciones palestinas (llega) a Hamás' Es (una) pura mentira. Hemos aclarado exactamente lo que estamos haciendo, qué tipo de control estamos llevando a cabo para estar absolutamente seguros de que nuestro dinero no va a (las) manos de Hamás", ha añadido, en referencia a la revisión urgente de la Comisión sobre los fondos de desarrollo para los territorios palestinos que no encontró ninguna filtración.
"Podría continuar. Sí, hay mentiras. La campaña intenta engañar a los ciudadanos húngaros y tenemos que estar en total desacuerdo con ello".
Los comentarios de Jourová representan la denuncia más dura hasta la fecha del último intento del primer ministro Viktor Orbán de socavar la toma de decisiones de la UE.
El mes pasado, un portavoz de la Comisión dijo que la presidenta von der Leyen, al ver los carteles, se había quedado "imperturbable". La presidenta "confía plenamente en la capacidad del público húngaro para formarse su propia opinión basándose en información objetiva y objetiva sobre lo que hacemos", dijo el portavoz.
"Seamos claros. Sabemos que no es la primera vez. Probablemente no sea la última vez. Tenemos negocios que hacer. Tenemos crisis que gestionar. Tenemos políticas que aplicar".
No obstante, las vallas publicitarias y la consulta han elevado la temperatura del enfrentamiento entre Bruselas y Budapest en un momento crítico, ya que Viktor Orbán amenaza con detener el apoyo del bloque a Ucrania e impedir las conversaciones de adhesión.
El empuje opositor de Orbán ha sido objeto de múltiples ataques contra la credibilidad de la Comisión y la autoridad de von der Leyen, cada vez con mayor ferocidad.
"En lugar de analizar detenidamente las estructuras europeas, piensen en su experiencia diaria con la prensa: en cuántas veces parece a la opinión pública que Europa está dirigida por la Comisión y su presidenta", dijo el primer ministro en un discurso reciente.
"Pensamos en ella y leemos sus palabras como si hablara un líder de Europa, cuando en realidad es nuestra empleada, nuestra asalariada, cuyo trabajo es llevar a cabo lo que decidimos".
Las tensiones llegarán a su punto álgido esta semana, durante una cumbre de dos días de la UE.