El Jubileo de la Esperanza se cierra sin el cambio profundo que imaginó el Papa Francisco, en un mundo marcado por crisis y conflictos. Según el vaticanista Piero Schiavazzi, el pontificado de León XIV aún está por definirse y apunta a un reposicionamiento geopolítico más claro del Vaticano.
El Jubileo de la Esperanza entra en su recta final. Inaugurado por el Papa Francisco el 25 de diciembre de 2024, concluirá en las próximas dos semanas con los últimos actos presididos por el Papa León XIV.
El primer acto final está previsto para el jueves 25, durante la misa de Navidad, con el cierre de la Puerta Santa de Santa María la Mayor, la basílica donde está enterrado el Papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril. El Jubileo se clausurará definitivamente el 6 de enero, con el cierre de la cuarta y última Puerta Santa de las basílicas papales, en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
León XIV fue elegido pocos días después de la muerte de su predecesor, en uno de los cónclaves más breves de la historia reciente. El obispo, nacido en Chicago (Estados Unidos), ha dirigido la segunda mitad del Año Jubilar siguiendo la estela de Francisco, reiterando los mensajes de paz y esperanza de Bergoglio en cada celebración.
Junto al vaticanista Piero Schiavazzi, analizamos el significado del Jubileo 2025 y los primeros meses del pontificado de Robert Prevost, en un contexto geopolítico marcado por la guerra en Ucrania y la crisis en Oriente Medio.
Un Jubileo que se cierra sin el "reinicio" esperado
El Año Jubilar de la Esperanza se clausura, "pero no como estaba previsto". "El Año Santo", explica Schiavazzi, "se cierra sin el resultado que el Vaticano esperaba, es decir, con un reseteo, un nuevo comienzo. Esto es lo que habría querido el Papa Francisco. Desde la Puerta Santa de 2000 hasta hoy, se esperaba un reinicio".
"La crisis económica de 2008, la crisis energética de 2000, la crisis ecológica y la crisis de la COVID-19, y luego la crisis bélica con la invasión de Ucrania, son las crisis que preludian el fin del mundo. Por eso, Francisco había imaginado un reinicio, es decir, hagamos como si no hubiera pasado nada y empecemos de nuevo. Pero al final de este 2025 la situación, si no ha empeorado, al menos está 'en punto muerto'".
Entonces, ¿qué es la esperanza para el Papa León? "El Papa León define la esperanza como una forma de la voluntad, lo que significa que no es una cosa vana. Es una forma que se rebela cuando ve que hay injusticia a su alrededor. Se cree que las cosas solo pueden ir de una determinada manera, pero nada está ya escrito y la esperanza es una forma de la voluntad que reacciona ante esta inercia".
Un pontificado "en cruz" y el giro geopolítico
"El del Papa León es un pontificado en cruz", explica Schiavazzi, "un pontificado que aún no ha comenzado en términos geopolíticos". "¿Qué significa que está en la cruz? La cruz tiene dos ejes. En el eje norte-sur hay una continuidad perfecta con el pontificado de Francisco".
"En el otro eje, el de las relaciones este-oeste, se produce un doble reposicionamiento. Por un lado, hacia Israel: con Francisco, las relaciones entre el Gobierno israelí y el Vaticano habían caído en picado. Lo vimos en su funeral, al que no acudió ningún representante del Gobierno israelí, solo el embajador. Y, por otro, con Ucrania, porque Francisco creía que Rusia había sido provocada y estaba reaccionando, mientras que León decía claramente: 'Rusia está prevaricando, está invadiendo y está atacando'".
Según Schiavazzi, esto supone "un reposicionamiento hacia Occidente". "Francisco fue quien rompió las amarras de la barca de Pedro, dirigiéndose hacia el este, hacia el Lejano Oriente asiático. Ese era su objetivo histórico. León, en cambio, ha restaurado el anclaje a Occidente en términos de valores".
"¿Por qué digo que el pontificado aún no ha comenzado?", se pregunta el vaticanista. "Si pensamos en llevar un caballo a pie, es tan difícil como montarlo, porque el caballo tiende a ir hacia atrás. Imaginemos a los conservadores tirando hacia atrás y a los progresistas empujando hacia delante".
"Prevost estudió el caballo de la Iglesia durante esos seis meses, para ver adónde podía llevarlo y cuál podía ser el paso sostenible. Una vez comprobado esto, montó en la silla e inició la cabalgada histórica del pontificado con un doble viaje a Turquía y Líbano".
El Papa de Chicago y su relación con Washington
La postura de Prevost sobre la guerra entre Israel y Hamás ha sido calificada por algunos como "tibia". "Lo han dicho muchos y lo han escrito muchos, y muchas veces yo también lo he pensado", reconoce Schiavazzi, "pero no es demasiado tibio con Netanyahu".
"León tenía que recuperar una distancia que se había producido durante el pontificado de Francisco, que llevó a la incomunicación con acusaciones incluso de fomentar el antisemitismo, incluso sin pretenderlo". "Creo que nunca se dirigió directamente al Gobierno de Netanyahu", añade.
"Se dirigió al Comité Judío Americano. A los seis millones de judíos americanos con los que tenía muy buenas relaciones. Ya la misma noche de la elección les llamó".
El vaticanista recuerda que "el punto de inflexión en octubre, el que llevó a la pseudopaz y a la iniciativa trumpiana, se produjo cuando 'The Washington Post' publicó una encuesta según la cual el 30% de los judíos de Estados Unidos cree que el Gobierno israelí ha cometido genocidio y el 60% que ha cometido crímenes de guerra".
"Esto produjo en Trump, que está pensando en las elecciones legislativas del año que viene, un cambio", explica Schiavazzi. "Le indujo a imponer una paz a Netanyahu, porque vio que ya no había ventaja política electoral". "La estrategia del Papa León, que puede parecer tibia, resulta ser ganadora", concluye.
Reformas y estilo de gobierno en el Vaticano
Schiavazzi se refiere también a la decisión de León XIV de convocar un consistorio extraordinario en enero, un momento clave de reflexión sobre el futuro de la Iglesia. "León es estadounidense y, en muchos aspectos, se comportará a la americana. En enero hará el discurso del Estado de la Unión, como lo hace un presidente estadounidense, y eso está bien".
"Ha terminado el Jubileo, entendido como un periodo de rodaje, y a partir de ahí seguramente habrá cambios, aunque muchos ya se han visto". "Hoy la curia ya está gobernada tras seis meses. La de Francisco era una curia disgregada, no desagregada. Francisco quería que los dicasterios se comunicaran poco entre sí y sobre todo con él".
"El modelo estadounidense de León es el del CEO de un gran holding", concluye Schiavazzi. "Un CEO que pivota sobre la Secretaría de Estado".