Unas 40 personas, entre ellos varios monjes budistas, se dedicaron a limpiar el templo de Zenkō-ji, en la ciudad japonesa de Nagano, mediante un tradicional ritual. Se trata de la limpieza de final de año, que permite preparar el templo para el nuevo año entrante.
Para sacar el polvo, los monjes utilizaron ramas de bambú de 5 metros de largo para limpiar los ornamentos que cuelgan del techo, y palos de madera para las alfombras de tatam. Este ritual de limpieza es una de las pocas ocasiones en las que se abre la sala que alberga la imagen principal del Buda del templo.
