San Nicolás dejó apartadas por unas horas las tradicionales chimeneas el domingo 16 de diciembre y decidió emular a los alpinistas en las montañas. Así, sujeto a una cuerda, descendió por la fachada de un edificio en el centro de Berlín para entregar regalos a todos los niños y niñas que se 'hubieran portado bien'.
El popular personaje navideño, más conocido como Santa Claus o Papá Noel en otros países, buscó el saco de regalos que había caído de su trineo en la Torre Kollhoff en Potsdamer Platzo. Al encontrarlo, decidió sorprender a los niños en Panoramapunkt, una atracción turística con una cafetería y una plataforma de observación a la que llega el que dicen que es el ascensor más rápido de Europa.
Después se enfrentó a un vertiginoso descenso desde lo alto de la torre, a unos 100 metros de altura. Primero bajó al café del piso 24 con la ayuda de una escalera de cuerda desvencijada.
Los niños observaron con emoción cómo los saludaba a través de las ventanas antes de entrar a repartir sus regalos y continuar su descenso, poco después, para entregar, ya en la calle, los otros presentes que quedaban en su saco.
Los afortunados niños alemanes, normalmente, disfrutan de dos días de regalos en las fechas navideñas. De un lado, pequeños obsequios como naranjas y chocolate que les deja San Nicolás el 6 de diciembre en el calzado que han colocado fuera de la puertas principales de sus respectivos hogares. Varios días después, el 25 de diciembre, el denominado "Christkind" o Niño Jesús les hace entrega de otros regalos.
