Los manifestantes se enfrentaron a la policía en varias ciudades de Túnez este domingo. Fue el tercer día consecutivo de disturbios. Se producen diez años después de la revolución que derrocó al Presidente Zine El Abidine Ben Ali.
La policía utilizó gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes en Kasserine, Siliana y otras ciudades, como Túnez capital. Los manifestantes están enojados porque el país norteafricano está al borde de la quiebra y sus servicios públicos son muy deficientes.
Muchos se sienten decepcionados por el hecho de que en el décimo aniversario de la revolución que derribó al autócrata Ben Ali, hay poco que decir en cuanto a mejoras sociales y económicas.
El sábado, la policía entró en las tiendas y bancos que fueron saqueados y destrozados, arrestando a decenas de jóvenes, según la agencia de noticias estatal TAP.
Los manifestantes bloquearon carreteras, quemaron neumáticos y lanzaron piedras y otros objetos a la policía y a los negocios, según el Ministerio del Interior. Las autoridades desplegaron el ejército en algunas regiones para proteger los distitnos bienes públicos y provados.
