Este es solo un ejemplo de los bailes que se han extendido. En el noreste de China, a orillas de un río, cientos de bailarines se unen en una coreografía sincronizada, moviendo sus caderas y sacudiendo sus hombros en una rutina inusual pero profundamente querida que ha causado furor en todo el país.
China es conocida por su vibrante cultura de baile en plazas públicas, donde grupos de jubilados se reúnen al amanecer y al atardecer para disfrutar de la música electrónica atronadora mientras realizan ejercicios aeróbicos. A pesar de las quejas ocasionales por el ruido, las autoridades han reconocido que estas reuniones son beneficiosas para mantener la salud pública, especialmente en una sociedad que envejece rápidamente.
Uno de los programas de baile más populares en China en los últimos años ha surgido en la provincia de Heilongjiang, una región conocida por su declive económico. Se trata del "Baile Feliz de Jiamusi", una serie de ejercicios inusuales diseñados por el fundador Yu Jicheng, un ex funcionario civil de 73 años.
La rutina de Yu se destaca por su enfoque en la cintura, abdomen, hombros y caderas, y se realiza en movimiento, a diferencia de las rutinas sedentarias transmitidas por radio. Desde su creación en 2008, Yu sigue enseñando clases públicas diarias en la ciudad de Jiamusi, que cuenta con una población de aproximadamente dos millones de personas y se encuentra cerca de la frontera con Rusia.
El baile ha atraído a grandes multitudes de hasta 500 participantes, y el mismo Yu supervisa de cerca cada clase, demostrando cada movimiento y corrigiendo a aquellos que no se realizan correctamente.
