Una multitud de ciudadanos israelíes se ha congregado en las calles de Tel Aviv para participar en la más reciente manifestación en contra de los polémicos planes de reforma judicial impulsados por el Gobierno de extrema derecha. Estas reformas, vistas por sus detractores como una amenaza a la democracia, han desencadenado una serie de manifestaciones semanales desde enero, atrayendo a decenas de miles de participantes y estableciendo así el mayor movimiento de protesta en la historia del país, lo que ha generado divisiones en la nación.
Aunque las protestas han tenido lugar en diversas ciudades, incluyendo Jerusalén, el epicentro indiscutible ha sido el corazón financiero de Tel Aviv, donde los manifestantes se han reunido cada sábado para expresar su desacuerdo con el Gobierno liderado por el primer ministro Benjamin Netanyahu.
La nueva legislación limita la capacidad del tribunal supremo israelí para revisar ciertas decisiones gubernamentales, lo que ha despertado preocupaciones entre los críticos sobre la posibilidad de que allane el camino hacia un gobierno más autoritario.
