Largas filas de vehículos, motocicletas y carros tirados por burros transportaban pertenencias por la carretera costera mientras las familias intentaban abandonar la zona, a pesar de las condiciones de hambruna y la escasez generalizada de refugio en el sur.
Los palestinos describieron haber perdido tiendas de campaña y posesiones en recientes ataques, quedándose sin cobijo a medida que se aproxima el invierno. Una mujer compartió que las tiendas de su familia fueron aplastadas cuando la Torre Tayba 2 se derrumbó tras ser impactada. Otra, desplazada junto a 30 familiares, incluyendo 13 huérfanos, dijo que su vehículo se averió y quedaron varados en las calles, con un niño sufriendo de fiebre alta y sin medicinas disponibles.
Muchos residentes dijeron temer más desplazamientos y permanecen inciertos sobre si mudarse al sur les brindará seguridad.
