Ahora en su décimo aniversario, el evento combina la fe con la seguridad vial, ofreciendo a los motoristas protección espiritual de la Virgen María mientras recorren el país.
Los participantes asistieron a una charla sobre seguridad vial y fe, antes de participar en la misa, donde muchos levantaron sus cascos para recibir la comunión. El momento central llegó cuando los sacerdotes caminaron entre la multitud, rociando agua bendita sobre los cascos levantados por los motoristas.
La autoridad nacional de seguridad vial de Portugal informó de más de 9.900 accidentes de motocicleta en 2024, incluidos 120 mortales. Los organizadores dicen que la peregrinación, con su mezcla de oración y ritual, ofrece tanto un llamado a tener carreteras más seguras como una demostración de la fe compartida de la comunidad.
