PUBLICIDADChaudhry Aslam, jefe de operaciones antiterroristas de Karachi y conocido en Pakistán por hacer campaña contra los talibanes, ha sido asesinado en un atentado con coche bomba en la volátil ciudad sureña.
Los talibanes paquistaníes, que se han atribuido la autoría del ataque, aseguran que se trata de una “importante victoria” para el movimiento.
El primer ministro pakistaní, Nawaz Sharif, ha condenado el atentado en el que han fallecido otros tres policías.
Aslam, apodado “el policía más duro de Pakistán “ por
los medios de comunicación locales, era una figura célebre en un país donde los ciudadanos
condenan el fracaso de las autoridades en la lucha contra los talibanes.
Aslam había sobrevivido a ocho atentados contra su vida. El último tuvo lugar en 2011, los talibanes estrellaron contra su casa su casa un coche cargado de explosivos. Murieron 8 personas pero su familia resultó intacta.
En la localidad portuaria de Karachi se habían extremado las medidas de seguridad para permitir que los chiíes celebrasen sin problemas el Chelum, un peregrinaje que se organiza 40 días después del Achura, que conmemora la muerte de un nieto del profeta Mahoma.
En la ciudad, de 20 millones de habitantes, se habían desplegado 10.000 policías y miembros de las fuerzas especiales, y las rutas de las procesiones estaban controladas por un circuito de 150 cámaras de seguridad y vigilancia aérea.
Capital financiera del país, la urbe es escenario de continuos sucesos violentos que van desde enfrentamientos entre bandas mafiosas a ataques sectarios entre grupos religiosos de distinto signo y acciones armadas de la insurgencia talibán.
La llegada de cientos de miles de pastunes que huyen desde hace años de la violencia en el noroeste del país ha acentuado los enfrentamientos étnicos y también ha camuflado la llegada de muchos milicianos talibanes tanto paquistaníes como del vecino Afganistán.