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Marruecos sigue sufriendo las consecuencias de las peores inundaciones en casi tres décadas, que se han cobrado 36 vidas.
Más de 400 personas tuvieron que ser evacuadas de zonas de riesgo en el sur del país. Se ha lanzado una nueva alerta. Mientras tanto, la ayuda va llegando a las zonas de difícil acceso, debido a que numerosas carreteras han quedado bajo el agua. Unos 4.000 hogares siguen sufriendo cortes de electricidad.
El ministro del Interior ha asegurado que se han movilizado todos los servicios, de las fuerzas del orden y de protección civil, para luchar contra los efectos de las lluvias torrenciales.
Lo ha hecho al día siguiente de que la prensa marroquí denunciara carencias en la gestión de la catástrofe e infraestructuras en mal estado.