La paquistaní, Malala Yousafzai, y el indio, Kailash Satyarthi, han recibido el cariño de los vecinos de Oslo. Al recibir sus galardones, los dos
PUBLICIDADLa paquistaní, Malala Yousafzai, y el indio, Kailash Satyarthi, han recibido el cariño de los vecinos de Oslo.
Al recibir sus galardones, los dos premiados han abogado por la coexistencia entre distintas creencias, poniéndose como ejemplo para reclamar a sus países que abandonen las disputas que les enfrentan desde hace décadas.
A miles de kilómetros de Oslo, en esta escuela de la ciudad paquistaní de Karachi alumnas y profesoras no ocultan su orgullo.
El colegio lleva el nombre de Malala, la joven que hace dos años fue tiroteada por los talibanes en Pakistán por defender el derecho a la educación de las niñas.
“Nos sentimos muy felices de que Malala haya recibido el Premio Nobel. El enemigo pretendía evitar que estudiara. Pero ella se enfrentó, siguió avanzando y dio fama a nuestra escuela y a nuestro país”, destaca esta estudiante. “Nadie conocía a Malala Yousafzai hace seis años pero ahora es conocida en cada rincón y esquina del mundo. Nos sentimos orgullosos de formar parte de esta escuela. Ahora todas las niñas quieren ser como Malala Yousafzai”, señala esta profesora.
Desde el atentado de los talibanes, Malala, de 17 años, reside en el Reino Unido. Sin embargo, el ejemplo de la ganadora más joven de la historia del premio Nobel de la Paz sigue vivo en los pasillos de esta escuela.