Merkel llega a Hungría, dos semanas después de la visita de Putin. Una visita en la que se ha hablado de la dependencia de esta país del gas ruso y
PUBLICIDADMerkel llega a Hungría, dos semanas después de la visita de Putin. Una visita en la que se ha hablado de la dependencia de esta país del gas ruso y otros temas que fueron eclipsados por las evidentes muestras de desacuerdo con el primer ministro húngaro al que Bruselas ha llamado más de una vez la atención por sus derivas autoritarias.
Durante la rueda de prensa, Víktor Orbán quiso dejar claro que para él y su partido, “la democracia no debe ser necesariamente liberal. Si alguien insistiera en ello querría decir que deberíamos dar más importancia a una cierta ideología.”
Merkel respondía así a una de las preguntas de un periodista sobre qué pensaba de la “democracia iliberal”, término acuñado por Orbán.
La canciller alemana explicó que su partido, la CDU, “se compone de una vertiente cristiano-social, otra liberal y otra conservadora, por eso somos un partido del pueblo”, dijo. El término “iliberal”, explicaba, “no tiene nada que ver con la democracia.”
Durante su corta visita, la Universidad de Andrassy otorgó a la canciller el doctorado honoris causa por su labor en la integración europea y por fomentar las relaciones entre Alemania y Hungría.
“El domingo por la mañana esta plaza estaba llena de manifestantes que han aprovechado la visita de Angela Merkal para exigir a la canciller que muestre su firmeza a la hora de que se respeten los valores democráticos”, explica la corresponsal en Budapest, Andrea Hajagos. Seguidores del movimiento MostMi, “Nosotros Ahora” muy activo durante las protestas contra la Constitución elaborada por Fidesz han vuelto a echarse a las calles. Querían mostrar a Merkel que existe una parte de la población que no se siente reflejada en las políticas de Orbán, consideradas discriminatorias hacia ciertos grupos sociales.