La investigación del accidente más mortífero de los últimos treinta años en Francia podría durar hasta tres semanas. El choque entre un autobús y un
La investigación del accidente más mortífero de los últimos treinta años en Francia podría durar hasta tres semanas. El choque entre un autobús y un camión en Puissegand, no lejos de Burdeos, en el suroeste de Francia, se ha llevado por delante la vida de 43 personas. Solo han sobrevivido ocho personas, entre ellos el conductor del autocar, que pudo escapar de las llamas que se propagaron entre las carrocerías.
“Solamente las investigaciones sobre las condiciones de circulación y las marcas dejadas por el autobus y el camión nos permitirán saber la velocidad los vehículos y cómo se ha producido el accidente”, ha dicho el fiscal encargado de las pesquisas, Chistophe Auger.
Algunos le echan la culpa al trazado de la carretera, con curvas muy cerradas y en el que las condiciones meteorológicas no son siempre óptimas. Lo explica, Daniel Lys, exconductor: “Para tomar esa curva hay que ir como máximo a 40 kilómetros por hora. Es estrecha y hay un terraplén, no se ve nada”.
En total 49 personas viajaban en el autobús. En el camión estaban el conductor y su hijo, ambos fallecidos. La identificación de los cuerpos es complicada, pues muchos han quedado calcinados. El último accidente en carretera de esta gravedad en Francia se produjo en 1982, un incidente en el que murieron 53 personas.
