El cuerpo del piloto ruso cuyo bombardero Su-24 fue derribado la semana pasada en la frontera entre Siria y Turquía, ha llegado a Rusia. La base
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El cuerpo del piloto ruso cuyo bombardero Su-24 fue derribado la semana pasada en la frontera entre Siria y Turquía, ha llegado a Rusia.
La base aérea de Chkalovski, a las afueras de Moscú, ha sido escenario del tributo que el país ha rendido a Oleg Peshkov, que falleció cuando rebeldes sirios le dispararon al tratar de salir de su paracaídas.
El Kremlin ha asegurado que las sanciones contra Ankara solo afectarán a Turquía y no a Rusia. Unas restricciones que podrían ampliarse:
“Hemos dado las respuestas necesarias para proteger los intereses de nuestro pueblo, como reacción a la conducta agresiva de Turquía. De hecho hay unas medidas especiales que afectan a una gran parte de las relaciones económicas”, ha dicho el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev.
Mientras tanto, la OTAN ha anunciado que trabaja para lograr “más medidas de seguridad para Turquía”. El primer ministro del país, Ahmet Davutoglu, ha dicho que el Gobierno turco no pedirá disculpas a Rusia al considerar que cumplió con su deber.
“La protección de nuestro espacio aéreo y nuestras fronteras terrestres no es solo un derecho, sino una obligación para el Gobierno. Ningún primer ministro de Turquía, ningún presidente ni ninguna autoridad pedirá disculpas por cumplir con su deber”, ha expresado Davutoglu.
Tras el incidente con Turquía, los cazabombarderos rusos Su-34 despegaron por primera vez este lunes cargados no solo con bombas, sino también con misiles aire-aire en el marco de la operación antiterrorista en Siria.