Jean Pierre Bemba ha tardado 8 años en conocer su destino. Detenido en Bélgica donde se encontraba exiliado, en 2008 fue transferido a La Haya a la
PUBLICIDADJean Pierre Bemba ha tardado 8 años en conocer su destino. Detenido en Bélgica donde se encontraba exiliado, en 2008 fue transferido a La Haya a la espera de juicio. Pendiente aún de una segunda causa Bemba no ha terminado, por tanto, con los tribunales.
Pero este proceso que ahora culmina, ha sido inédito por muchos motivos. En primer lugar porque Bemba formó parte del entorno del sanguinario dictador Mobutu y creó en 1998 el denominado Movimiento de Liberación del Congo. Una milicia rebelde que, en 2002, fue enviada al otro lado de la frontera, a República Centroafricana, para apoyar al régimen de Ange Felix Patassé en su lucha contra una tentativa de golpe de estado.
Y es precisamente este periodo y estas circunstancias las que han sido objeto del proceso. Un corto periodo en el que el Movimiento de Liberación del Congo habría cometido los peores abusos.
“Se organizaron pequeños pelotones y grupos de tres o cuatro soldados invadieron las casas una por una. Robaron todas sus pertenencias y violaron a mujeres, niñas y ancianas, sin importar en ningún caso su edad”, señala Luis Moreno-Ocampo, fiscal Jefe de la Corte Penal Internacional.
Además es la primera vez en la historia de la Corte Penal Internacional que un comandante, un militar, es acusado de crímenes cometidos por sus tropas en un país tercero. Por que Bemba no estuvo en República Centroafricana. Toda la estrategia de la defensa ha girado precisamente en ese hecho intentando demostrar que él no sabía lo que estaba ocurriendo allí.
Por otra parte, este veredicto significa también una fuerte señal del reconocimiento de los abusos sexuales como arma de guerra. Fue uno de los principales cargos de acusación contra las milicias. Si hubiera sido absuelto Bemba, candidato a la presidencia en 2006, probablemente habría intentado volver sobre la escena política del Congo.