Salah Abdeslam, el enemigo público número 1, El único terrorista vivo del comando yihadista que atacó París el 13 de noviembre, ha vuelto a Francia
PUBLICIDADSalah Abdeslam, el enemigo público número 1, El único terrorista vivo del comando yihadista que atacó París el 13 de noviembre, ha vuelto a Francia para responder de sus actos ante la justicia de su país de origen. Según el abogado belga del detenido, de 27 años, tras resistirse a la extradición en un primer momento, después pidió volver a Francia lo antes posible.
Un cambio de actitud que el abogado explicó asegurando que sólo había una parte muy pequeña del dossier en Bélgica y que Abdeslam prefería dar su versión en Francia. “Y creo que es, dijo, una buena cosa.”
Su defensa en Francia correrá a cargo de Franck Berton, que colaborará con el letrado belga y con un tercer abogado. Juntos elaborarán la estrategia de defensa de un detenido considerado por muchos “indefendible”.
Franck Berton, abogado en Francia de Salah Abdeslam:
“He conocido a un chico que está bastante hundido, que tiene cosas que decir, y creo que es importante porque la justicia necesita saber. Eso es lo que quiere hacer, y es lo que retengo de nuestra reunión de más de dos horas.”
Qué tiene que decir Abdeslam y por qué debe hacerlo en Francia, en qué va a basar su defensa el joven de 26 años que hasta 2011 hacia una vida normal…por el momento, no hay más que hipótesis. Hasta ahora se le ha atribuido el papel de logista; fue él quien reservó las habitaciones de hotel de los terroristas y quien les condujo hasta los escenarios de los ataques en este clio negro. Se sabe que posteriormente atravesó París en metro y tiró el cinturón de explosivos que llevaba a un contenedor. Es probable que en sus abogados se amparen en esa posible renuncia a participar en los ataques en el último momento.
Sven Mary, abogado belga de Abdeslam:
“Defender lo indefendible…yo creo que la manera en que Abdeslam Salah explica lo que pasó en Francia da cabida a su defensa.”
Sven Mary, que describe a su defendido como “un pequeño imbécil de Molenbeek con la inteligencia de un cenicero vacío y de una vacuidad abismal” es en cualquier caso una pieza clave en el puzzle que intentan completar las autoridades europeas sobre la constitución de este tipo de células yihadistas.