La lucha común contra el grupo Estado Islámico en el norte de Siria se complica con el temor de Turquía de que las milicias kurdas amplíen su influencia en la…
La lucha común contra el grupo Estado Islámico en el norte de Siria se complica con el temor de Turquía de que las milicias kurdas amplíen su influencia en la zona.
En la frontera operan fuerzas kurdas apoyadas por Estados Unidos y el Ejército Libre Sirio, secundado por Turquía; además del Ejército oficial respaldado por Rusia.
Manbij fue liberado por las milicias kurdas del grupo Estado Islámico, un precedente que quiere evitar Turquía en el caso de Al Raqa, Hasakah y la actual batalla de Jarablus.
Combatientes del Ejército Libre Sirio llevan días cruzando la frontera y organizando el asalto de Jarablus, la última ciudad importante del perímetro fronterizo bajo control del Daésh.
Lejos de la petición de alto el fuego que reclama el enviado espacial de la ONU, en Hasakah, bajo control kurdo, la aviación gubernamental ha abierto un nuevo frente: reducir la expansión de la milicia sirio-kurda Unidades de Protección de la Gente (YPG). Calificado como una agresión “flagrante”, el YPG han advertido que “no guardarán silencio”.
A mediados de marzo los kurdos declararon de forma unilateral, rechazada por el Gobierno de Damasco y por la Coalición Nacional Siria (CNFROS), un sistema federal en los enclaves del norte y noreste del territorio sirio.