Alemania ha prohibido la venta una muñeca espía.
PUBLICIDADAlemania ha prohibido la venta una muñeca espía. Su nombre es Cayla, es rubia, de cara simpática y, sobre todo, capaz de mantener animadas charlas con los niños. Y ese es el problema, el micrófono y la conexión bluetooth que incluye podría permitir a un hacker hacer decir a la muñeca lo que quisiera y grabar las conversaciones.
Las autoridades alemanas han ordenado su retirada de la venta y pedido a los padres que destruyan el juguete en cuestión. En España y otros países, las organizaciones de consumidores también han alertado del peligro que supone esta muñeca para la privacidad de los niños.
Este no es el primer escándalo relacionado con los llamados juguetes conectados. En 2015, los datos de más de 3 millones de niños y adolescentes fueron robados de una comunidad online de fans de Hello Kitty. Ese mismo año, el famoso fabricante de juguetes electrónicos VTech reconoció el robo de los datos de más de 6 millones de niños. Nombres, edades, lugares de residencia e incluso fotos y grabaciones realizadas por los menores y guardadas sin ningún tipo de protección en los servidores de la compañía.