Si hay un perdedor declarado de estas elecciones presidenciales ese es sin duda Benoît Hamon.
Si hay un perdedor declarado de estas elecciones presidenciales ese es sin duda Benoît Hamon. El Partido Socialista ha quedado fuera de la segunda vuelta, algo pocas veces visto en la V República, y además ha cosechado un porcentaje de voto que apenas llega al 7%.
“He fallado en conjurar el desastre que se esperaba desde hacía meses, quizá desde hacía años. Acepto mi responsabilidad total en ello, sin culpar a las circunstancias o a las traiciones”, decía en su discurso Hamon.
La división en los apoyos a Hamon de dentro de su partido ha sido uno de los mayores problemas de su campaña.
Por su parte el candidato de Los Republicanos, François Fillon, acarició la posibilidad de pasar a la segunda vuelta, pero finalmente los escándalos le han pasado factura.
“A pesar de mi determinación, no he sido capaz de convenceros. Los obstáculos en mi camino eran muy grandes, muy crueles. Cuando el momento llegue se contará la verdad de esta elección. Por ahora asumo la responsabilidad. La derrota es mía, es mía y solo a mi me corresponde soportarla”, dijo Fillon.
El caso de los supuestos empleos ficticios dados a sus familiares, destapados por la prensa francesa, mermaron el apoyo del ex primer ministro, que al principio de la carrera presidencial partía como gran favorito.