Dos visiones políticas diametralmente opuestas.
PUBLICIDADDos visiones políticas diametralmente opuestas.
Los dos candidatos al Elíseo apuran las últimas jornadas de campaña antes de la segunda roda de las presidenciales francesas descalificándose recíprocamente.
Por un lado el candidato socioliberal Emmnuelle Macron, que este lunes cargaba en un multitudinario mitin en París contra su rival, la ultraderechista Marine Le Pen, calificándola de “anti-Francia”. Si gana ella, decía, “hundirá” el país.
Lo que nos propone la candidata del Frente Nacional es un viaje sin posibilidad de retorno. Si salimos de la Unión Europea, abandonamos el euro, se devalúa nuestra moneda y cerramos nuestras fronteras, no vamos a salir indemnes”.
Por otro lado la candidata ultraderechista Marine Le Pen ha calificado a Macron de “adversario del pueblo” acusándolo de moverse “solo por los intereses del dinero”.
Tras recordar su pasado de banquero de negocios y de ministro de Economía de Hollande durante dos años, Marine Le Pen ha criticado su papel de delfín del actual jefe de Estado, un presidente odiado por el pueblo francés, “que ha conducido el país hacia el precipicio, y ahora que finalemente los franceses ven que se va por la puerta, ahí lo tenemos que vuelve a entrar en el juego político por la ventana. Macron ha adoptado el eslógan “Juntos por Francia” pero debería ser más honesto y decir “Juntos por la banca”.
Si bien según los analistas Marine Le Pen ha sabido dar la imágen de una candidata más cercana al pueblo que su rival, el Frente Nacional se ve castigado por numerosas polémicas como la última protagonizada por el padre de Marine, Jean-Marie Le Pen, de 88 años y presidente honorario de la formación, por unas recientes declaraciones homófobas que se suman a las numerosas condenas a sus espaldas por palabras de corte racista o negacionistas del holocausto.