Gravedad en el rostro de la primera ministra británica, Theresa May, en su primera declaración tras el atentado que anoche se cobró la vida de una veintena de personas y dejó decenas de heridos en Manchester. May ha alabado el coraje del pueblo de Manchester, de las fuerzas del orden y de los equipos de socorro que acudieron inmediatamente a la zona. El atentado, ha dicho, buscaba causar el mayor número posible de víctimas “entre familias jóvenes”, ya que tuvo a lugar a la salida de un concierto en el que había, sobre todo, niños y adolescentes, muchos de ellos con sus padres.
- “Sabemos ahora que un solo terrorista detonó un artefacto explosivo artesanal cerca de una de las salidas del recinto, escogiendo el momento y el lugar precisos para causar la mayor matanza posible y herir de forma indiscriminada. La explosión coincidió con la conclusión del concierto pop, al cual asistieron muchas familias jóvenes y grupos de niños. Todos los actos de terrorismo son ataques cobardes contra personas inocentes, pero este ataque se destaca por su terrible y enfermiza cobardía. Fue perpetrado contra niños y jóvenes inocentes e indefensos que deberían haber disfrutado de una de las noches más memorables de su vida”, concluyó May.
La primera ministra ha prometido poner a disposición de la policía todos los recursos necesarios para llevar a término la investigación y llevar ante la justicia, si los hubiera, a quienes colaboraron de una u otro forma con el terrorista. La policía cree haberlo identificado, ha dicho, pero no puede difundir su identidad para no entorpecer la investigación.
Por el momento, ningún grupo se ha atribuido la autoría de un atentado que sacude con fuerza la campaña de las elecciones legislativas del próximo ocho de junio. May, como el resto de líderes políticos, ha suspendido inmediatamente todos los actos electorales.
