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El sábado pasado, la conserje del apartotel Paradies, en la estación alpina de Arosa, decidió dar un mensaje a algunos de sus clientes: “A nuestros visitantes judíos, mujeres, hombres y niños, por favor dúchense antes y después de nadar. Si rompe las reglas, me veo obligada a cerrar la piscina.” El cartel estuvo solamente 24 horas, tiempo suficiente para generar todo tipo de críticas.
Tzipi Hotovely, ministra israelí de Asuntos Exteriores, ha calificado el gesto como “acto antisemita” y ha pedido que Suiza presente sus excusas. Por su parte, el Gobierno suizo ha condenado públicamente “toda acción de racismo, antisemitismo o cualquier otra discriminación”.
El cartel que ha suscitado la polémica fue fotografiado por una familia judía que había reservado un apartamento. Acto seguido, lo envió a Channel 2, un canal de televisión israelí, para después publicarse en otros medios.
Al parecer, este no habría sido el único gesto controvertido por parte de los trabajadores del hotel, quienes habrían limitado el uso de un congelador para almacenar comida kosher (alimentos permitidos por el judaísmo).
Este evento se produce en un momento de exhibición de ideas de extrema a nivel internacional, después de que el pasado fin de semana se produjeran enfrentamientos en una concentración de neonazis en Virginia, Estados Unidos