PUBLICIDADArgentina está en plena convulsión social y política a la espera de que la autopsia confirme si el cadáver encontrado flotando en un río de la Patagonia es el de Santiago Maldonado, el joven que desapareció el 1 de agosto durante una manifestación reprimida por las fuerzas del orden. “Yo sabía” han gritado manifestantes por todo este país, que aún se estremece al oír la palabra ‘desaparecido’.
El impacto de este caso ha sido tan descomunal que la campaña electoral para las elecciones legislativas del domingo ha quedado suspendida, en medio de una densa atmósfera de desconfianza en las autoridades y en la justicia. Hasta tal punto, que el cadáver ha sido vigilado en todo momento en su trasladado a Buenos Aires, donde será autopsiado bajo control de peritos de la familia y de la Corte Suprema.
La familia y, en concreto, el hermano de Maldonado, que no ha cesado de atacar al Gobierno de Macri, no se fía y espera pruebas.
“Yo no voy a decir que es Santiago o que no lo es porque no lo puedo identificar. Hasta no estar cien por ciento seguro no lo voy a confirmar (…) Es muy raro que se haya encontrado ahí. Cuando nosotros hemos ido, hemos pasado por esos lugares y no había ningún cuerpo”, dijo ante la prensa Sergio Maldonado.
Santiago Maldonado fue visto por última vez el 1 de agosto, cuando huía de los gendarmes durante una manifestación de la comunidad mapuche en la localidad patagónica de Esquel. El cuerpo ha aparecido en el río Chubut, a 300 metros del lugar de las protestas, en una zona que ya había sido rastreada en tres ocasiones. La familia y organismos de Derechos Humanos culpan a las fuerzas del orden. Las conclusiones de la autopsia podrían tener el efecto de un seísmo si confirman a Santiago como el último desaparecido de la historia argentina.