El veterano político fue elegido nuevo presidente de la República Checa tras vencer, por un estrecho margen, a Jiří Drahoš en la segunda vuelta de las elecciones a la presidencia del país centroeuropeo
Y ahora... ¿qué? Esta es la pregunta que se hacen muchos en el seno de la política europea tras la victoria, por un estrecho margen, de Miloš Zeman sobre Jiří Drahoš en las elecciones a la presidencia de la República Checa. Renovar la confianza en el veterano mandatario, que se convirtió en presidente checo en 2013, representa la encrucijada que se vive actualmente en algunos países en la UE; un motivo de preocupación para muchos.
"La gente que votó a Zeman, en su mayoría, ni siquiera alcanza el salario medio que se gana aquí. Se trata de gente que no tiene nada que perder porque no se identifica con el sistema, con el régimen que tenemos, con la democracia", declara el periodista checo David Binar.
A buena parte de la población checa le preocupa la imagen que transmite el controvertido Zeman; un líder euroescéptico, reconocido admirador del presidente ruso Vladímir Putin e islamófobo confeso. Muy distinta de la de Jiří Drahoš, académico de corte europeísta.
"En política, lo que importa es la percepción. Y de Miloš Zeman se percibe que es prorruso, prochino, antioccidental... por lo que se envía un mensaje que, me temo, no va a ser muy positivo para la República Checa ", afirma Jiří Pehe, reputado analista político y director de la sede de la Universidad de Nueva York en Praga.
"Por segunda vez, en la República Checa se podía elegir directamente al nuevo presidente. Alrededor del 66% del electorado dio su opinión en las urnas; señal de que poder votar, es muy importante para los checos", señala Beatrix Asboth, periodista de Euronews, en Praga.