Los bombardeos del ejército sirio en el enclave rebelde de Guta Oriental marcan un nuevo recrudecimiento de la violencia entre peticiones de tregua de la ONU y la investigación del presunto uso de gas cloro por parte del régimen en Idlib y Duma
La guerra en Siria sigue dejando imágenes insostenibles. Este martes, los bombardeos del ejército sirio contra el enclave rebelde de Guta Oriental, cerca de Damasco, han acabado con la vida de 67 civiles.
Entre los muertos hay catorce niños y veinte mujeres. En Duma, la mayor ciudad de Guta Oriental, el ataque ocasionó el derrumbe de un edificio;19 personas estarían aún atrapadas bajo los escombros.
El recrudecimiento de la violencia coincide con la petición de la ONU de una "pausa humanitaria" en el país de al menos un mes para asistir a cientos de miles de personas atrapadas en zonas asediadas, donde no han llegado cargamentos de agencias de Naciones Unidas desde finales de noviembre.
Jens Laerke, portavoz de la Oficina de la ONU de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA): "Hay cientos de miles de desplazados internos en situación de extrema vulnerabilidad que están siendo bombardeadas. Demasiado es demasiado. Necesitamos una pausa humanitaria para que podamos hacer nuestro trabajo, necesitamos crear las condiciones adecuadas".
La ONU también ha dejado saber este martes que investiga el presunto uso de bombas de gas cloro en los pueblos de Saraqeb, en Idlib y en Duma.