Los denunciantes aseguran que la campaña sobrepasó el límite legal de presupuesto asignado, desvió fondos y violó la ley electoral del Reino Unido.
Los abogados que asesoran a los denunciantes aseguran que la campaña sobrepasó el límite legal de presupuesto asignado. Al parecer la campaña contactó con la organización BeLeave, un grupo enfocado a influir en estudiantes.
El actual ministro de Asuntos Exteriores Boris Johnson niega todas las acusaciones y las tilda de "ridículas".
El tesorero de BeLeave, Shahmir Sanni, asegura que BeLeave hizo una donación de casi 680.000 libras con la condición de que el dinero se usara para pagar a AggregateIQ, una firma de análisis de datos contratada por los partidarios de la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
La semana pasada se hizo público que AggregateIQ desarrolló un software de mensajería dirigida para la consultora política canadiense Cambridge Analytica.
Esta última empresa ha sido acusada de beneficiarse de la recogida de unos 50 millones de perfiles de Facebook para utilizarlos en objetivos políticos e influenciar a los votantes. En su página web niega toda relación.
Otras investigaciones acusan a los organizadores de la campaña a favor del brexit de asociar organizaciones que no pueden trabajar en la misma campaña y por tanto de violar la ley electoral del Reino Unido