La crisis en Armenia entra en una fase crítica.
El diputado opositor Nikol Pashinián, no ha conseguido los apoyos necesarios en el Parlamento para ser el nuevo primer ministro del país.
El líder de las multitudinarias protestas antigubernamentales que desencadenaron la dimisión del ex primer ministro Serge Sargsián el 23 de abril, había amenazado con un tsunami político si el partido Republicano bloqueaba su acceso al poder, como ha sido el caso. En una cámara con 105 escaños, Pashinián logró únicamente 45 votos frente a los 53 necesarios para imponerse.
En sus primeras declaraciones tras la votación ha afirmado que al no apoyarle, el Partido Republicano ha declarado la guerra a su propio pueblo y que no puede seguir existiendo.
Según el escenario previsto, la Asamblea Nacional convocará en el plazo de una semana una nueva votación, y si entonces tampoco se configura la mayoría necesaria, la cámara se disolverá hasta la celebración de nuevos comicios.
Pashinián ha pedido a los diputados que olviden la disciplina de partido y apoyen su candidatura a la jefatura del Estado.