El canciller austríaco, Sebastian Kurz, afirma que quiere tender puentes para que los Estados miembros puedan acercar posiciones. Aunque su gobierno apuesa por la línea dura en materia de migración.
El gobierno austríaco en pleno se ha traslado hasta Bruselas para preparar su presidencia, que empieza en julio. Se ha reunido con el Colegio de Comisarios al que ha trasladado sus prioridades: ajustar el presupuesto y luchar contra la inmigración ilegal.
El presidente de la Comisión Europea le ha dado su beneplácito. "Necesitamos resultados en materia de migración", ha dicho Jean-Claude Juncker, quien ha reconocido que es difícil precedir cuándo llegarán, ya que la discusión a nivel de ministros del interior fue tensa. "Vamos a debatir el tema durante la cumbre de junio. Pero para mi está claro que el control de las fronteras externas es prioritario".
El canciller austríaco, Sebastian Kurz, parece próximo a la línea dura adoptada por los países del este en materia de migración. Pero afirma que ve a Austria como un constructor de puentes. "Durante mis años como ministro de Exteriores", ha dicho, "he visto cómo las divisiones se han profundizado entre el norte y el sur, entre oriente y occidente. Queremos contribuir a reducir estas tensiones y a fortalecer el sentimiento de pertenencia a la Unión Europea".
Kurz también ha dicho que quiere aprovechar su influencia con Rusia y Estados Unidos, para tender puentes con el exterior.