Hasta el domingo músicos de todo el mundo convivirán con la tradición folkórica marroquí en un cóctel de melodías subsaharianas, bereberes, mezcladas con jazz y reggae, entre otros.
Durante tres días, esta tradición folklórica marroquí aglutina melodías subsaharianas, bereberes y sufíes se fusionará con ritmos de jazz, blues, reggae o hip-hop traídos por artistas de todo el mundo.
Maestros de la música Gnawa procedentes de todos los rincones del país recorren las calles de la ciudad llenándolas de ritmo y color.
Hasta el domingo, los Maâlem, los maestros de la música Gnaoua, se encontrarán con músicos de la escena internacional.
Los conciertos y espectáculos se desarrollan en las calles, plazas y otros lugares públicos con un impresionante ambiente festivo. Se colocan grandes escenarios en la plaza Muley Hassan y en Bab Marraquech, así como fuera de las murallas, junto a la playa, con música fusión electrónica o para jóvenes talentos. También se celebran conciertos, destinados a un público más reducido, que no son de entrada libre.
La ola de difusión del gnawa comienza, según los expertos en los 70 y 80 y fue impulsado por el movimiento negro, que cedió un espacio a los marroquíes que no se sentían representados por la música árabe más sofisticada, a los marroquíes que querían reivindicar sus raíces norafricanas, bereber, mestizas".
El Festival, que cumple este año su vigésimo primera edición, reune cada año a unas 450.000 personas con un mensaje claro, la paz y unión de culturas.