El enano se comió al gigante y la euforia se adueñó de Croacia. En todas las ciudades y pueblos de este pequeño país de poco más de 4 millones de habitantes se ha celebrado por todo lo alto la victoria histórica contra los ingleses en la semifinal del mundial.
El enano se comió al gigante y un país entero estalló de alegría. Unas cien mil personas han llorado, reído y gritado hasta desgañitarse en el centro de Zagreb, a la imagen de lo que ha ocurrido en todas las ciudades y pueblos de Croacia. Ganar a los ingleses por 2 goles a 1 en la semifinal del Mundial es algo con lo que no se atrevían siquiera a soñar.
"Estoy emocionada, sin palabras -nos cuenta una aficionada-. Quiero agradecer a todos los jugadores y a nuestro entrenador que nos hayan llevado hasta la final".
Entretanto Robert, un hombre de mediana edad con la sonrisa pegada al rostro se lleva emocionado la mano al pecho. "No puedo ni reaccionar -dice-. Esto es una locura. Esto solo puede ocurrir en Croacia".
Mientras tanto, Inglaterra llora por un quiero y no puedo. Tras el gol con el que abrieron el marcador frente a los croatas estaban eufóricos. Creían a fondo en un equipo que labró su camino hasta semifinal, pero que ha vuelto a caer cuando estaba a las puertas de la gloria.
"Estoy hecho polvo -cuenta un joven-. Han sido increíbles durante todo el torneo, pero al final, cuando tenían la mejor oportunidad, no la han sabido aprovechar.
"Vuelven a casa", dicen resignados dos amigos. "Estoy orgulloso del equipo. Lo han hecho tan bien, lo han hecho muy, muy bien. Estoy orgulloso del ellos", asegura uno de ellos.
El fútbol inglés experimentado y de laboratorio (9 de sus 12 goles fueeron acciones ensayadas) ha caído frente a la garra y la energía de los croatas, que se jugarán el título mundial tras sobrevivir a tres prórrogas a lo largo del torneo.