El Gobierno checo, formado por la populista Alianza de Ciudadanos Descontentos, con el primer ministro Andrej Babis al frente, y el Partido Socialdemócrata, superó la sesión de investidura en el Parlamento gracias al apoyo del partido comunista
La República Checa tiene nuevo Ejecutivo. El Gobierno checo, formado por la populista Alianza de Ciudadanos Descontentos, con el primer ministro Andrej Babiš al frente, y el Partido Socialdemócrata, superó la sesión de investidura en el Parlamento gracias al apoyo del partido comunista. Fue el epílogo a un intenso debate en la Cámara de Diputados.
"El Partido Comunista de Bohemia y Moravia, ha dado su apoyo al Gobierno por razones de agenda. No es un Gobierno de izquierdas. El apoyo es para la creación del Ejecutivo. Por otra parte, el bloque comunista solo tolerará al Gobierno", declaraba el líder comunista Vojtěch Filip.
Así, casi nueve meses después de producirse las elecciones legislativas, la República Checa tiene un Ejecutivo legítimo respaldado por la Cámara. De los 196 legisladores presentes en ella el miércoles, 105 votaron a favor de la alianza; entre ellos 14 diputados del Partido Comunista de Bohemia y Moravia, cuyos votos resultaron decisivos para superar el trámite. De ahora en adelante, populistas y socialdemócratas gobernarán en minoría, con 93 diputados en la Cámara, de un total de 200, y dependerán del "pacto de tolerancia" suscrito con los comunistas de Vojtěch Filip. Un acuerdo cuyo alcance no ha sido desvelado por los respectivos líderes políticos y que fue criticado por parte de la ciudadanía checa. Del mismo modo, muchos checos se oponen a la gestión del primer ministro Andrej Babiš y el presidente Miloš Zeman, a quienes consideran máximos responsables de los males que sufre el país.