Theresa May ha aprovechado su vuelta de unos días de vacaciones en Italia para acudir a la residencia de verano de los Presidentes de la república francesa, en Brégançon, en la costa mediterránea del país, para exponer a Emmanuel Macron la postura de Londres sobre el Brexit
PUBLICIDADLa política no descansa y el Brexit no da tregua. Por eso Theresa May ha aprovechado su vuelta de unos días de vacaciones en Italia para acudir a la residencia de verano de los Presidentes de la república francesa, en Brégançon, la costa mediterránea del país. Es esta reunión de tinte coloquial con Emmanuel Macron la premier británica ha querido exponer al Presidente francés la postura de Londres en las negociaciones sobre el Brexit.
Además de desestabilizar su Gobierno y llevarse a más de un ministro por delante, la salida de la unión ha trastocado las vacaciones de May, que decidió hacerse cargo personalmente de las negociaciones con Bruselas. Dominique Raab, ministro del Brexit, solo será un asistente. Mientras la primera ministra trata de esquivar la confrontación directa con Barnier, Francia asegura que no será un sustituto del negociador europeo y por ello no ha habido ningún anuncio al término del encuentro entre Macron y May.
El Reino Unido y la UE aspiran a pactar el marco de la futura relación bilateral para el Consejo Europeo de octubre, pero no han limado las diferencias en torno al "Libro Blanco" remitido por Londres a Bruselas el 12 de julio.
El bautizado como plan de Chequers contempla la creación de un mercado común de bienes y productos agrícolas, lo que conllevaría que la aduana británica recaudara impuestos en nombre de los Veintisiete, algo que Bruselas ve impracticable.