Un juez concedió medidas cautelares a un solicitante de asilo eritreo de 25 años que cruzó el Canal de la Mancha, retrasando la primera deportación a Francia prevista en el nuevo acuerdo migratorio entre Londres y París. La decisión supone un revés para el Gobierno de Keir Starmer.
Un juez británico impidió temporalmente al Gobierno devolver a Francia a un solicitante de asilo que cruzó el Canal de la Mancha, retrasando la primera deportación en virtud de un acuerdo entre Londres y París. El eritreo, de 25 años, debía abandonar Reino Unido el miércoles en un vuelo comercial.
Pero tras el recurso de sus abogados, el juez del Tribunal Superior Clive Sheldon concedió "un breve periodo de medidas cautelares" para que el hombre pueda presentar pruebas que respalden su afirmación de que es víctima de la trata de seres humanos.
Los abogados de la ministra del Interior, Shabana Mahmood, argumentaron que el hombre, que no puede ser identificado por motivos legales, podría y debería haber solicitado asilo en Francia. "Me parece que hay una cuestión seria que juzgar con respecto a la demanda de trata de seres humanos y si la secretaria de Estado ha llevado a cabo o no sus deberes de investigación de manera legal", dijo el juez.
La sentencia supone un revés para los esfuerzos del primer ministro Keir Starmer por impedir que la gente cruce el canal desde Francia en pateras. Mahmood afirmó que el Gobierno recurrirá la decisión. A pesar del fallo judicial, se espera que las primeras expulsiones a Francia tengan lugar esta semana.
"Los intentos de última hora para frustrar una expulsión son intolerables y lucharé contra ellos a cada paso", dijo Mahmood. "Los inmigrantes que de repente deciden que son un esclavo moderno en vísperas de su expulsión, sin haber hecho nunca antes tal afirmación, se están burlando de nuestras leyes y de la generosidad de este país".
Más de 30.000 personas han realizado la travesía en lo que va de año, una cifra inferior a las 37.000 que llegaron el año pasado. Decenas han muerto en los últimos años intentando cruzar una de las rutas marítimas más transitadas del mundo en lanchas neumáticas abarrotadas.
Starmer desechó el polémico plan de la anterior Administración conservadora de enviar a los inmigrantes que cruzaran el canal en un viaje de ida a Ruanda. En su lugar, ha depositado esperanzas en un acuerdo con París para devolver a Francia a algunos de los que crucen, a cambio de aceptar a algunos solicitantes de asilo actualmente en Francia que tengan lazos familiares con Reino Unido.
Funcionarios británicos han sugerido que el plan "uno entra, uno sale" es un gran avance, a pesar de que el programa inicial implica a un número limitado de personas. El Gobierno también pretende acelerar la tramitación de las solicitudes de asilo. Los funcionarios han alojado a decenas de miles de inmigrantes a la espera de decisiones en hoteles con cargo al erario público, y los hoteles se han convertido en focos de protestas.