El líder socialdemócrata, tras dimitir por una moción de censura pide a la alianza conservadora un pacto, imprescindible para frenar a la ultraderecha, que daría su apoyo a cambio de imponer sus directrices xenófobas en inmigración o lucha contra la delincuencia.
PUBLICIDADSuecia, en la encrucijada.
La derecha y la ultraderecha han votado en contra de una moción de confianza, lo que ha obligado a dimitir al primer ministro socialdemócrata Stefan Löfven. Este pide ahora al bloque conservador un acuerdo que aparte del futuro Gobierno al xenófobo Demócratas de Suecia, el SD.
Stefan Löfven, primer ministro en funciones de Suecia:
"A lo largo de la historia los partidos de izquierda y de derecha han sido capaces de unirse y gobernar este país en tiempos difíciles. Los partidos trabajan juntos en toda la nación para alcanzar mayorías y dirigir nuestros ayuntamientos y regiones. Ahora el pueblo sueco tiene el derecho de esperar lo mismo a nivel nacional. Continuaré trabajando para constituir un Gobierno que entierre la política de bloques y ponga al país en primer lugar".
Las elecciones del pasado día nueve dieron a la coalición de centro-izquierda 144 escaños, uno más que a la alianza conservadora y 62 al SD. Si la derecha quisiera formar Gobierno sin pactar con la izquierda, pasaría a depender de los ultranacionalistas, que pedirían a cambio marcar las políticas de inmigración, beneficios sociales o de lucha contra la delincuencia.
El presidente del Parlamento deberá ahora elegir a quien crea con apoyos suficientes para formar un ejecutivo. Podrá hacerlo hasta en cuatro ocasiones. En caso de fracasar, se vería obligado a convocar nuevos comicios.